En los últimos años se está produciendo un aumento en España de los trastornos mentales considerados como comunes, ansiedad, estrés y depresión, que está perjudicando la atención de otras patologías mentales más graves que empiezan a quedar desatendidas, según han destacado diversos expertos en el marco del XIII Congreso Nacional de Psiquiatría que se celebra esta semana en Madrid.
Según explicó el presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica, el profesor Julio Bobes, «muchos enfermos mentales graves –que padecen esquizofrenia, trastorno bipolar o de personalidad– no pueden ser atendidos por los servicios actuales, que están invadidos por otros problemas mentales más comunes». De hecho, más de la mitad de las consultas que atienden estos expertos están relacionadas con casos de depresión, ansiedad y problemas psicosociológicos.
A su juicio, muchos de estos problemas podrían ser tratados por los médicos de Atención Primaria, como así lo reconoce incluso el Ministerio de Sanidad y Política Social, según Bobes, aunque la falta de coordinación entre los distintos departamentos dificulta este apoyo.
El presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría (SEP), Jerónimo Sanz, también alertó de esta «saturación del Sistema Nacional de Salud» ante el aumento de consultas en Psiquiatría por «cuestiones que antes no eran problemas», motivadas por conflictos laborales, familiares o de pareja y ante la percepción de que «se puede recibir ayuda cuando uno está mal».
Entre estas patologías más comunes también están los trastornos alimenticios, que se estima que pueden afectar a casi una de cada tres mujeres en la adolescencia, según los datos de un estudio presentado en dicho congreso, mientras que el profesor Sanz advirtió de un aumento de casos de bulimia entre las jóvenes.
Otro aspecto a tratar es el aumento de manifestaciones de violencia que se está dando en España, tanto en la educación, en la sanidad como en el deporte, algo relacionado con la cultura postmoderna y «el relativismo que hace que cualquier opinión sea válida». Además, según explicó el presidente de la Fundación Española de Psiquiatría y Salud Mental (FEPSM), José Giner, «las normas de educación son más permisivas y favorece que la violencia salga con más facilidad».
MÁS DOTACIÓN ECONÓMICA
Los psiquiatras estiman que uno de cada seis españoles ha padecido, padece o padecerá un trastorno mental a lo largo de su vida, por lo que reclamaron incrementar los recursos económicos destinados a este tipo de patologías para poder mejorar su atención y seguir investigando en nuevas dianas terapéuticas.
De hecho critican a Sanidad por haberse comprometido en 2005 con el resto de países de la Unión Europea a destinar a la salud mental el 10 por ciento de su presupuesto para 2010 cuando, según el profesor Bobes, «quizá se invierta más de un 5 ó un 6, pero no hemos despegado».
Entre los aspectos a mejorar, reducir las desigualdades en la atención de cada comunidad, la psiquiatría infanto-juvenil, la discapacidad que estos trastornos provocan y la dotación de más profesionales, no sólo psiquiatras sino enfermeros y también psicólogos.