Tener un historial criminal, el factor que mejor predice la violencia en la población.
El uso de alcohol y drogas también está relacionado con actos delictivos.
La incidencia de crímenes es similar en personas sanas y enfermas mentales.
No había nada en el historial médico de salud mental de Seung-Hui Cho, el estudiante coreano que asesinó a tiros a 32 compañeros de la Universidad Virginia Tech (EEUU) y que posteriormente se quitó la vida, que revelara algún dato sobre las razones que le empujaron a cometer esta masacre.
Tampoco sus antecedentes psicológicos proporcionaban pistas sobre su personalidad [salvo que era un estudiante mediocre, algo deprimido y con ciertos niveles de ansiedad] que ayudaran a predecir lo que sucedería un año y medio después de su última consulta psiquiátrica, tal y como documenta un artículo reciente, publicado en ‘The Wall Street Journal’.
No sorprende. Predecir quién va a cometer un homicidio o una violación no es fácil. Sin embargo, y tras años de estudios,los científicos sí han podido identificar ciertos factores asociados a las conductas violentas. Se sabe, además, que de todos ellos el que mayor poder de predicción tiene es el mismo para las personas sanas que para las afectadas por un trastorno mental: tener antecedentes criminales, según desveló recientemente un artículo de revisión publicado en ‘Archives of General Psychiatry’.
Pese a todo, la sociedad se empeña en asociar violencia a enfermedad mental, aunque las estadísticas le quiten la razón. Así, el presidente de la Confederación Española de Agrupaciones de Familiares y Personas con Enfermedad Mental (FEAFES), ha aclarado durante el Foro Social organizado por el Centro de Investigación Biomédica en Red en Salud Mental (Cibersam) que, «según el informe de la fiscalía 2007, de los 1.207 homicidios producidos, sólo 12 fueron llevados a cabo por personas con enfermedad mental», informa Ángeles López. Este foro se ha celebrado como preámbulo del XIII Congreso de la Sociedad Española de Psiquiatría convocado esta semana en Madrid.
Cuando no se toma le medicación.
Fernando Cañas, jefe de servicio de Psiquiatría del Hospital psiquiátrico madrileño Dr. Rodríguez Lafora y uno de los ponentes del congreso, ha destacado a elmundo.es «la complejidad de llevar a cabo estudios científicos que puedan establecer realmente cuál es la prevalencia de violencia en personas sanas en comparación con la de los afectados por trastornos mentales, debido a los posibles sesgos en su metodología. En parte, porque en el grupo de enfermos se estudian con más detenimiento los aspectos relacionados con la agresividad y los actos delictivos, lo que puede llevar a errores «. Tampoco son ‘fiables’ los trabajos que se han llevado a cabo en población reclusa. «Se dice que el número de enfermos mentales en la cárcel es muy elevado pero no se valoran otros sesgos, como los casos que se quedan sin resolver o que tener una enfermedad psiquiátrica es una dificultad añadida que puede traducirse en que los afectados sean ‘cogidos’, mientras que no se ‘pilla’ a las personas mentalmente sanas», añade En cambio, la fiabilidad de los datos ha venido de la mano de las «investigaciones llevadas a cabo en población general. En estos ellas sí se encuentra una mínima asociación entre violencia y trastorno mental pero sujeta a variables importantes. Por ejemplo, los enfermos psicóticos que no toman la medicación tienen entre cuatro y siete veces más riesgo de cometer un acto violento que una persona sana. También los afectados por trastorno límite de la personalidad que consumen sustancias», recalca el doctor Cañas.
Prevenir la violencia evitando las drogas
Le apoyan los datos de dos trabajos recientes publicados en ‘PLoS Medicine’ y ‘Archives of General Psyquiatry’. Así mientras que el primero de ellos destaca que «pese a que la esquizofrenia y otras psicosis han sido relacionadas con actos violentos, el mayor riesgo de que éstos se produzcan está relacionado con el consumo de alcohol y sustancias. De hecho,las probabilidades de que estos enfermos cometan crímenes es similar a las de las personas sanas que usan drogas y no tienen psicosis», reza el trabajo. Por este motivo «las estrategias de salud pública para la reducción de la violencia deberían estar dirigidas a la prevención primaria y secundaria de las toxicomanías», recomienda el estudio.
La segunda investigación hace hincapié en que «la agresión en los enfermos mentales viene marcada por otros factores asociados como «el abuso de sustancias, los factores ambientales estresantes y la historia de violencia».
Para el doctor Cañas, las cuatro dimensiones que pueden predecir si un paciente psiquiátrico va a cometer un acto violento y «que además son prevenibles y, en algunos casos tratables», son la falta de control de los impulsos que se ha relacionado con niveles anormales de ciertos neuroretransmisores como la serotonina y la dopamina y de algunas hormonas, como la testosterona o los estrógenos». Otros factores son «la carencia de regulación de las emociones y una personalidad narcisista y de tipo cognitivo paranoide», puntualiza.
Fuente: elmundo.es