El buen funcionamiento de los insuficientes servicios psquiátricos de la sanidad pública evitaría más de la mitad de los suicidios que se producen cada año en España.
En 2007, 3.263 personas decidieron suicidarse. Según la doctora Pilar Saiz, del departamento de Psiquiatría de la Universidad de Oviedo, más de la mitad de las personas que pusieron fin a su vida acudieron un mes antes a su médico de familia, a quien contaron un problema que, de ser abordado correctamente por el servicio público de sanidad, podría haber evitado su muerte. Y es que en la inmensa mayoría de los casos los suicidios no son impulsivos sino que conllevan una elaboración previa, que la persona afectada se encarga de «verbalizar» en su entorno de una manera u otra.